El pasado 20 de septiembre, en el auditorio Olga Tony Vidales de la Universidad Surcolombiana, se llevó a cabo la presentación del libro Narraciones Folclóricas del Huila, del escritor Andrés Felipe Roa, graduado de esta Institución. Este libro se constituye en un viaje por los mitos, agüeros, costumbres y creencias del Huila en el que dichas semillas se vuelven carne, cuerpo, a través de los diez cuentos que las contienen. A continuación, algunas consideraciones sobre la obra.

Por: Antonio F. Escalante Rojas.

Tratar de comprender las dinámicas de formación cultural de una región nos hace pensar en las costumbres que se han mantenido o transmitido a lo largo de su historia. Al preguntarnos por estas formas de representación cultural caemos en lugares comunes y terminamos hablando sobre gastronomía, danza, música, arquitectura y así sucesivamente hasta completar una lista de otras expresiones folklóricas, sin tener más que una idea artificiosa de lo que en realidad implica la tradición o el legado cultural. Esto no quiere decir que aquí voy a entregar un comentario definitivo a tales consideraciones, aunque sí he de intentar señalar un trabajo que atiende estas categorías. Narraciones Folclóricas del Huila (2023) es una propuesta literaria que se publica como una antología de cuentos populares que enmarcan la cosmovisión de un pueblo. Entre paisajes urbanos y rurales encontraremos las historias de una serie de personajes que se enfrentan contra la naturaleza y los seres fantásticos que hacen parte de las tradiciones populares del departamento del Huila.

Habría que decir también que Narraciones Folclóricas del Huila (2023) no es tan sólo una obra narrativa que surge del afán academisista de un estudiante de maestría en apuros por la obtención de un título. Este trabajo tiene el esmero y el detalle de alguien que se adentró en la cultura de un pueblo, convivió entre tradiciones y formas de representación hasta comprender el sentir de una región que lo acogió a tal punto de ser un opita de corazón. Quizá esto suene un tanto exagerado, pero para aquellos que se adentren en los relatos que componen este libro será difícil dimensionar que su autor es un joven de la fría capital que se enamoró de los misterios de esta tierra calurosa en afecto. Su proceso de construcción se enfocó en el interés por representar los abonados culturales de una tierra inhóspita, pero de un gran valor inmaterial. Por este motivo, vale la pena cuestionarnos sobre la forma en que podríamos constatar el valor literario y cultural de esta obra narrativa.

Lo primero que se debería mencionar es cómo fue el proceso de creación, para esto el trabajo de investigación fue indispensable. Todo inició con la documentación y teorización sobre los relatos populares, desde ahí fue necesario incursionar en la organización temática. Personajes populares de la tradición oral hacen parte de esta categoría: el pollo malo, el diablo, las brujas, los duendes, el Mohán, ánimas y otros espantos, arquetipos que nutren el legado de un pueblo. Desde aquí, la comunión entre forma y fondo se integró a los parajes propios de este tipo de relatos. Expresiones, dichos, agüeros, costumbres y creencias autóctonas del departamento aportan a la riqueza de cada historia. ¿Pero cómo logró esto? Recorriendo los pueblos del departamento del Huila para conversar con gente de distintas edades, tanto del campo como de la ciudad, sobre aquellas experiencias vividas o escuchadas que se convirtieron en el segundo núcleo fundamental que afianza esta propuesta narrativa.

Si bien el trabajo documental fue indispensable, las tradiciones orales fueron el centro  para la escritura de cada cuento. Aquí me permito una pausa para una claridad. Es necesario destacar este trabajo escritural, más allá de lo hasta aquí expuesto, como la primera (hasta donde logro tener conciencia sobre esto) propuesta de ficcionalizar historias populares del departamento conservando fielmente las costumbres, creencias y léxico autóctono del huilense. Es una suerte encontrar referencias sobre los seres fantásticos de la cultura oral del departamento, pero estos terminan siendo versiones sobre su existencia o la caracterización de los mismos; sin embargo, no se presentar como una construcción narrativa entre lo real y lo ficcional. Como resultado, este libro es una nueva forma de incursión literaria, traída del campo y llevada a ser una serie de cuentos, repletos de elementos autóctonos del departamento. En definitiva, existe solidez en la construcción de los cuentos y esto no es lo más llamativo de la propuesta. Para este apartado hay dos caminos, en el primero podríamos afirmar el valor académico y cultural de Narraciones Folclóricas del Huila (2023) donde se mencionan las virtudes estéticas y literarias de cada historia. Y el segundo, corresponde al reconocimiento del libro como una obra significativa para cultivar el legado del departamento. Muchas de las historias que aquí se encuentran, vienen de experiencias y anécdotas contadas por nuestros mayores, relatos que quizá con el paso del tiempo se vayan desvaneciendo, pero gracias a este tipo de trabajos, trataremos de hacer mella contra el olvido y la prisa del tiempo. Historias repletas de encanto y terror, malicia y risas… y una oportunidad única de mantener a flote aquello que está quedando en el pasado

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